Asturias, España – 5 días de ruta entre mar y montaña por el norte

Asturias, patria querida. Esto que sigue es una elegía a tus encantos, muchas veces olvidados, pero que estos raros años pandémicos nos han forzado a recordar. Y bien que han hecho. Porque muchas veces viajamos muy lejos buscando algo que tenemos mucho más cerca de lo que esperamos; a unas cuantas horas de coche en el peor de los casos.

Tras la cuarentena el cuerpo pedía naturaleza y, por lo que pude comprobar a través de mis redes sociales, no fui la única que escogió Asturias como punto de reconexión con prados y montañas, en estado puro. Picos de Europa, el río Sella y su escarpada costa, repleta de acantilados y bañada por oleaje cantábrico, sobrepasaron las expectativas de quienes acudíamos para hacer una limpieza urbanita de nuestros poros.

Allí, después de varios meses, volvíamos a respirar. Quisimos disfrutar de la naturaleza asturiana en todas sus facetas, de ahí el collage de planes que verás a continuación. Estos son los rincones de Asturias que nos acogieron en la semana que estuvimos por allí.

1. Ruta circular por los Lagos de Covadonga

Subiendo al Mirador de Entrelagos

Empiezo por uno de los must asturianos: La Visita dentro de los Picos de Europa. La fama precede a estos lagos, cercanos a la población de Covadonga, y está totalmente justificado. Tanto es así que durante la temporada (alta) estival, cierran el acceso al parking superior a todo vehículo privado entre las 8.30 y las 22h. Eso sí, llegar antes de esa hora no te garantiza el acceso ya que el parking se cierra desde el momento en que se completa el aforo. A partir de ese momento la única forma de acceder a los Lagos es a través de un bus de conexión, que tiene paradas a lo largo de todo el recorrido de subida hasta el pueblo de Covadonga. El coste del trayecto de ida y vuelta era de 9€ (agosto 2020).

Lago Ercina
Lago Enol

Una vez arriba te explican que existen dos rutas principales para ver los lagos: la más corta de 3 Km, te permite tener una vista bastante completa de los dos lagos principales, el lago Enol y el lago Ercina. Este recorrido puede completarse en una hora y media.

Nosotros nos decidimos por la segunda opción, una ruta circular de unos 7 Km que te permitía llegar hasta el lago Bricial (seco en verano) y contemplar diferentes estampas de este entorno montañoso. Desde pasos por llanuras y recortes de la montaña hasta un bosque de helechos, que te protege del sol un trecho del camino. Terminamos apareciendo en una pradera llena de vacas y ovejas pastando tranquilamente, con una pequeña ermita de fondo. En ese punto te encuentras de nuevo con el lago Enol, tras lo que yo recomiendo subir al mirador de Entrelagos. Como puedes comprobar las vistas merecen la pena.

Lago Ercina desde el mirador
Vacas pastando por doquier

2. Descenso del Sella en piragua

Parada en el descenso del río Sella

Esta es una de las actividades estrella en la naturaleza asturiana. El célebre descenso del Sella, celebrado normalmente a principios de agosto, supone un marcado evento en la población de Arriondas y en todas aquellas que siguen el recorrido del río Sella. En ella arranca una competición en la que piragüistas profesionales luchan palada a palada por terminar el recorrido en primer lugar.

Este mismo trayecto es recorrido de forma habitual todos los veranos por piragüistas amateurs. La decisión de cuántos kilómetros de río haces en descenso es totalmente personal. Por nuestra parte, al hacer la actividad con la empresa K2 Aventura contábamos con una ventaja: al encontrarse sus instalaciones más arriba que el pueblo de Arriondas, contábamos con 4 Km de río que recorríamos en exclusiva quienes iniciábamos la actividad con ellos.

Sorteando unos rápidos

Esto resultó ser un auténtico lujo ya que al llegar a Arriondas (y siendo inicios de agosto) nos encontramos con un río bastante colapsado. Al llegar al final estuvimos de acuerdo en que los cuatro primeros kilómetros fueron los mejores de todo el recorrido, los que nos permitieron disfrutar de la experiencia y los alrededores de verdad.

Saliendo desde el K2, el trayecto tenía tres tramos y nosotros podíamos decidir en qué punto lo abandonábamos: primer tramo hasta Arriondas (4 Km), segundo tramo hasta Toraño (12 Km) y el tercer tramo hasta Llovio (18 Km). Nosotros llegamos hasta Toraño, ya que nos informaron de que los últimos seis kilómetros era probable que el viento fuera en contra y que, si estábamos cansados, mejor no forzar.

3. Ruta del Desfiladero de las Xanas

Avanzando por los recortes en la roca del Desfiladero

Si has buscado información sobre senderismo en Asturias, es probable que te hayas topado ya con la famosa Senda del Cares. No hay blog que no recomiende esa ruta, aunque eso sí, con una condición particular: la ruta no es circular y son 11 Km de ida y lo mismo de vuelta. Por ese motivo, según nos contaban, lo más habitual es quedar con algún otro grupo y empezar la senda cada uno por un lado, encontrándoos e intercambiando las llaves de los coches a mitad del camino. De esta forma solo tendréis que recorrer la senda una vez.

En tiempos de Covid-19 no estaban las cosas para buscar a este partner in crime que nos intercambiara llaves del coche a mitad de ruta, así que buscamos una ruta alternativa. De ahí surgió la idea de aproximarnos hasta el Desfiladero de las Xanas. Esta ruta, también conocida como «el mini Cares», proporciona unas vistas envidiables del paisaje silueteado por el río de las Xanas, nombre que reciben las hadas de los ríos y los bosques en la mitología asturiana.

Las paredes del desfiladero

Esta mágica ruta comienza con un camino recortado en las paredes del desfiladero, para continuar atravesando un bosque donde nos acompaña el ruido del río. Al final del bosque encontraremos un camino que nos dirigirá hasta la ermita de San Pedro en la población de Pedroveya. Este sería el punto final de la ruta en el caso de querer hacer la vuelta por el mismo camino, siendo el trayecto de unos 3,7 Km de ida con una hora y cuarto estimada para cada recorrido.

Vistas desde la senda de Valdolayés

Si prefieres no repetir camino, como nos ocurrió a nosotros, debes saber que existe la posibilidad de hacerla circular volviendo a través de la senda de Valdolayés. De esta forma continuas el ascenso hasta los pueblos de Pedroveya y Dosango, tras lo que encontrarás una pronunciada pendiente de descenso entre helechos. A partir de ahí la senda se estrecha y comienzas a bajar de forma zizagueante hasta alcanzar la carretera que te llevaba de vuelta al área recreativa de las Xanas.

Un pequeño consejo: nosotros hicimos la ruta a principios de agosto y, al decidirnos por la ruta circular, no pudimos huir del sol prácticamente en ningún momento durante el segundo tramo. Puede que esto haya influenciado nuestra impresión, pero solo puedo decir que si volviera a hacerla, recorrería únicamente el tramo del Desfiladero de las Xanas, de ida y vuelta. Otra opción es empezar la ruta al contrario (por la senda de Valdolayés), aunque de esta manera la empinada pendiente final la encuentras de subida. Ahora sabiendo esto, ¡la decisión es tuya!

4. Descenso en bici de la Senda del Oso

El descenso de la Senda del Oso

Ya había oído hablar de esta ruta: 22 Km de recorrido, primero hacia arriba, después hacia abajo. Ese trayecto era demasiado ambicioso, pero, casualidades de la vida, nos enteramos de que existía la posibilidad de hacer solo el descenso en bici. Así sí que sí. Según nos contaron, varias empresas de alquiler de bicicletas de la zona ofrecen el remonte hasta la parte superior de la ruta, con lo que vas casi todo el tiempo cuesta abajo.

La empresa que escogimos para hacerlo fue TeverAstur y la experiencia fue muy agradable. Durante la subida, nos explicaron que la Senda del Oso tiene forma de Y y que íbamos a empezar desde el palito derecho. Existía la posibilidad de ascender por el otro palo de la Y griega al llegar al cruce y recorriendo por ahí 15 Km llegaríamos hasta un embalse. Tras comprobar que el descenso no se hacía muy duro físicamente nos animamos a probar. Desde luego, esa fue la parte más dura de la ruta, pero mereció la pena al alcanzar finalmente el embalse.

Cruce de túneles al lado del río
Iniciando el descenso entre altas paredes

Realizar el trayecto de bajada te permite disfrutar del paisaje de forma relajada. Empezábamos la ruta a través de un desfiladero de altas paredes, al lado de las cuales discurría el camino, siempre acompañado del río a alguno de sus lados. Al avanzar, aumentaban los árboles y su espesor y el camino continuaba casi todo el tiempo a la sombra. En tres ocasiones la senda se cruza con la carretera, momentos en que debíamos descender de la bici y cruzar con cuidado.

Pasadizos de naturaleza

La verdad es que las fotos no hacen justicia a esa pasarela natural por la que desfilábamos de bajada. La naturaleza te envuelve y pedalada a pedalada no deja de sorprenderte. Poco a poco el camino se allana hasta llegar a la zona de la reserva de las dos osas que habitaban el lugar en una zona protegida. Seguro que la encontrareis sin problemas ya que hay una pasarela y un cúmulo de gente que no habrás visto a lo largo de toda la ruta. A partir de ahí la siguiente parada será el pueblo de Villanueva, tras lo que te reincorporas a la senda que te lleva entre campos hasta el punto de partida.

5. Playas y pueblos de la Asturias oriental

Y como Asturias, no tiene solo montaña y ríos que ofrecer, no podía terminar sin recomendar algunas playas y pueblos a los que merece la pena dedicar una parada en algún momento del viaje.

Por supuesto hay muchas más opciones, pero puedo asegurar que estas no decepcionan.

Playas del mar Cantábrico

Playa de La Canal

Esta escondida playa no permite la llegada en coche, así que tanto locales como turistas tienen que recorrer una senda para llegar hasta allí. La parte positiva es que esto evita la masificación de esta calita y permite disfrutarla casi en solitario en pleno agosto.

Playa de Gulpiyuri

Fotografiando los acantilados tras la playa «secreta»

Esta playa «secreta» hace ya un tiempo que dejó de serlo. Lo curioso es que a este arenal solo llega el mar unas horas al día, cuando la marea alta lo permite. El agua atraviesa el acantilado en el que se encuentra ubicada y permite disfrutar de las vistas de esta calita incrustada entre rocas.

Nosotros no consultamos las mareas y llegamos cuando la playa estaba comenzando a llenarse de agua. Ya en ese momento la arena estaba repleta de toallas así que un consejo: mejor acudir fuera de temporada para admirar este original recodo asturiano.

Playa de Cué

Elevaciones repletas de vegetación, salteadas por toda la playa. Macizos rocosos que recreaban una estampa casi sacada de una película de Indiana Jones o de algún folleto de viajes de Vietnam. Me quedé prendada de esta playa desde el primer vistazo. Sus mil recovecos y su amplitud, así como las vistas de postal miraras donde miraras la convirtieron, sin dudas, en mi clara favorita de la costa asturiana.

Pueblos de la costa asturiana

Cudillero

Ir a Asturias y no pasar por Cudillero es casi un delito. La vista desde el pueblo, con las coloridas casas sucediéndose en hileras por la ladera de la colina es una de las estampas más típicas de esta costa.

Lastres

Lastres es la versión marinera de Cudillero. Este pueblo encaramado en un saliente, tiene una vista deslumbrante desde su puerto pesquero, con las blancas casas haciendo contraste con el azul del mar. Además sus empinadas cuestas no tienen nada que envidiarle a las de Cudillero, y aunque la subida se hace intensa, en un santiamén tienes unas vistas envidiables de la costa.

Llanes

Algo menos pintoresco, pero igualmente agradable es Llanes. Pasear por las calles del centro así como por su paseo marítimo (repleto de gaviotas y de coloridos cubos), transmiten una calma inigualable. Además, en tus paseos podrás encontrar más de una bonita casa colonial, típicas de la zona.

Cangas de Onís

Este pueblo fue una parada improvisada tras el descenso del Sella, pero mereció la pena aunque solo fuera para contemplar su famoso puente romano. Con unos ocho siglos a las espaldas, esta construcción proporciona una vista magnífica, con el río Sella serpenteando por debajo de ella.

Asturias, paraíso natural

Por increíble que parezca, hacía casi 15 años que no pisaba Asturias como es debido. Mucho tiempo teniendo en cuenta que Asturias aglomera en una sola provincia todos los atractivos para unas vacaciones perfectas. Este año de pausa me llevó de vuelta a esta zona, a redescubrir su naturaleza, su gastronomía y el carácter particular de los locales; y solo puedo asegurar una cosa: ¡no volverá a pasar tanto tiempo hasta la próxima vez!

Y, por supuesto, si conoces rincones, rutas o zonas por descubrir de este paraíso natural, ¡no dudes en compartir!

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