Mallorca, España – 6 días entre calas y Serra de Tramuntana

Ya van dos veranos seguidos en que nos decidimos por recorrer nuestras islas más cercanas: las Baleares y sus rincones. Aprovechando esta tesitura pandémica tan extraordinaria que nos permite huir de sus típicas masificaciones, en el 2020, la escapada a Mallorca fue un descanso en toda regla de todo lo que habíamos vivido en soledad durante meses.

Recovecos en Sa Calobra

Viajamos a una Mallorca desconocida: no había casi extranjeros y, en general, había muchos menos turistas de los que cabría esperar. Los bares colgaban el cartel de Happy Hour en terrazas prácticamente vacías. Era nuestra primera visita a la isla y, como personas de costa, habíamos sido advertidos de las muchedumbres que acoge esta isla en temporada alta. Sin embargo, ese año Mallorca estaba tan rara como nosotros tras el confinamiento. En 2021, sin embargo, ya notamos la remontada del turismo, sobre todo internacional, pero, aún con eso, hay isla de sobra para disfrutar.

Las cuevas de la costa mallorquina

Estas dos visitas me han hecho decidirme a escribir estos pequeños diarios de Mallorca y su Sierra de Tramuntana, la cual nos enamoró al primer vistazo. En este diario de viaje especifico varios planes de día completo para poder disfrutar de algunos rincones de la isla y, por supuesto, de su Serra de Tramuntana; así como de sus calas y pueblos que nos atraparon irremediablemente.

¡Empezamos el diario de viaje por esta isla mediterránea!

Diarios de Mallorca y su Sierra de Tramuntana

Día 1: calas y pueblos de la Sierra de Tramuntana I

  • Cala de Sa Calobra / Torrent de Pareis
  • Pueblos de la Serra de Tramuntana I: Sóller y Puerto de Sóller

Las escarpadas carreteras de la Sierra de Tramuntana nos recibían con su zigzag eterno, como si fuera una prueba iniciática para sentir que nos habíamos ganado el derecho de alcanzar su impresionante costa. Como siempre, la llegada a las calas de renombre tuvo su aquel: cero aparcamiento y espera eterna con el calor húmedo esperando tras las ventanillas. Pero mereció la pena. Es verdad que si vas a Sa Calobra buscando hacer snorkel saldrás decepcionado, pero esas vistas lo compensarán todo.

Llegando a Sa Calobra
Torrent de Pareis

Parada técnica para comer en el centro del pueblo de Sóller. Los paraguas de colores que cubrían la plaza frente a la iglesia corroboraban el color cálido que ya desprendía la isla. ¿Dónde quedaba ese escenario para las fiestas de alemanes que yo estaba convencida de encontrarme? Mallorca respiraba por sí sola, con un latido suave, con olor a sal y a naranjas.

Plaza del Ayuntamiento en Sóller
Callejeando por Sóller
Sóller desde las afueras

Día 2: isla de Cabrera y Palma

  • Excursión a la isla de Cabrera
  • Palma: visita al centro y ensaimadas

De isla en isla y tiro porque me toca. Fuimos hasta Colonia Sant Jordi, reservando previamente la excursión en barco para pasar el día en la isla de Cabrera. El tour escogido nos permitía pasar unas horas en la zona visitable de la isla (en su mayoría Parque Nacional y, por tanto, paraje natural protegido) y, de vuelta, hacer una parada en la Cova Blava. Solo diré que, si el día anterior nos quedábamos decepcionados con el snorkel, Cabrera nos dio dos o tres tazas para resarcirnos. En el viaje de vuelta en barco paramos además en Sa Cova Blava; que hace honor a su nombre.

Isla de Cabrera
Cova Blava

De vuelta a la isla de Mallorca, pasamos la tarde descubriendo la capital bajo su atardecer dorado. Los edificios gaudianos y los perfiles anaranjados de su catedral, junto con el sabor de las más típicas ensaimadas mallorquinas (de Ca’n Joan de S’Aigo), dieron el broche perfecto.

Catedral Basílica de Santa María en Palma de Mallorca
Mirando hacia arriba en Palma de Mallorca
Ensaimadas de albaricoque, manzana y sobrasada en Can Joan de S’Aigo

Día 3: calas y pueblos de la Sierra de Tramuntana II

  • Cala Deià
  • Pueblos Serra de Tramuntana II: Deià, Valldemossa
  • Atardecer en Sa Foradada

Nuevo día de Sierra de Tramuntana. Apurando el coche de alquiler, nos dirigimos hacia la cala Deià a pasar la mañana. A nuestra llegada, esta empedrada cala ya estaba llena hasta los topes (en términos pandémicos, claro), pero conseguimos hacernos un hueco. Crema, escarpines, gafas de bucear y al agua. Hicimos snorkel recorriendo toda la pared derecha de la cala y llegamos incluso a sobrepasarla y visitar las aguas del otro lado de esa pared. La perspectiva submarina no tenía nada que envidiar a las imágenes de los anuncios de Estrella Damm.

Descubriendo Cala Deià
Mediterráneamente

Hicimos parada para comer en el pueblo de Deià y, a pesar de lo incómodo de la comida, rodeados por avispas a las que trataban de ahuyentar con mondas de naranja rellenas de posos de café humeantes, el pueblo no decepcionó. Hay que decir que las cuestas constantes ayudan a dar unas perspectivas envidiables del entorno, pero todas las subidas merecen la pena. Callejeando subimos hasta el cementerio y desde allí observamos los alrededores, viendo Sierra y mar al mismo tiempo.

Llegando a Deià
Subiendo hacia el cementerio de Deià

La próxima parada fue Valldemossa, donde probamos sus famosas cocas de patata y un granizado de almendras en Ca’n Molinas, una merienda puramente mallorquina. Aprovechamos después para recorrer sus encantadoras calles, repletas de plantas y colores.

Callejeando por Valldemossa
Galerías diferentes en Valldemossa
Merendando coca de patatas

Por último, visitamos Son Marroig, el mirador desde el que se aprecia a la perfección la particular península de Sa Foradada, lugar ideal para esperar al atardecer.

Sa Foradada al atardecer

Día 4: costa sur de Mallorca

  • Caló des Moro
  • Atardecer en Torre des Verger

Alejándonos de la Serra de Tramuntana, nos dirigimos hacia una de las calas más archiconocidas de la isla: el Caló des Moro. El acceso a pie se hace por un sendero que empieza a pleno sol y acaba entre pinos, por el que anduvimos durante algo más de un cuarto de hora. Como digo, no soy fan de playas masificadas y reclamos forzados, pero es cierto que las vistas de esta cala impresionan, tanto desde arriba como desde abajo.

Caló des Moro
Cala S’Almunia
Rinconcito de pescadores

Subiendo al sendero de nuevo, seguimos avanzando para ver otra impresionante cala, S’Almunia, con sus casitas y barcos de pescadores. Está claro que si estas calas tienen renombre, por algo es.

Atardeciendo desde Torre des Verger
Calima balear

Tras día de playa, plan de atardecer. En esta ocasión, nos acercamos a la zona de la Torre des Verger, desde donde pudimos contemplar una puesta de sol tranquila, escuchando el mar y observando los perfiles recortados del Castillo y las pocas personas que allí estábamos.

Día 5: Alcudia, Pollensa y sus calas

  • Alcudia y su mercadillo
  • Pollensa y su escalinata
  • Calas de Sant Vicenç

Ya sin coche, llegamos con la línea 302 de autobús de Palma a Alcudia. Un detalle importante sobre los trayectos en bus en la isla: si pagas los billetes pasando la tarjeta de débito/crédito, te sale a mitad de precio; pero es que además, puedes pasar la misma tarjeta para hasta 5 personas y cada una te saldrá más barata que la anterior.

Mercadillo de Alcudia
Productos artesanales entre sus murallas
La muralla de Alcudia desde arriba

Nosotros hicimos noche en Port d’Alcúdia y, al día siguiente emprendimos camino (de nuevo, todo en bus). Nuestra primera parada: Alcúdia y su mercadillo. Los martes y domingos por la mañana, las murallas de esta ciudad se llenan de alegres puestos de todo tipo: frutas, verduras, productos orgánicos y locales, artesanías, etc. Tras recorrer sus calles y la muralla desde arriba, nos dirigimos al siguiente destino: cala Sant Vicenç.

Cala Carbó
Snorkel en Cala Carbó

Esta zona cuenta con varias calas, muy cómodas para llegar sin coche. Por orden sería la cala Barques, cala Clara, cala Molins y cala Carbó. Nosotros nos dirigimos hacia la última de todas y encontramos un enclave ideal para el snorkel: pulpos, cangrejos, enormes bancos de peces y numerosos rincones y grutas para investigar.

Escalinata hacia el Calvari
Vistas desde arriba de El Calvari
Pollensa

De vuelta, ya más fresquitos, decidimos parar en Pollensa y subir la escalinata de 365 escalones hasta El Calvari. Las vistas tanto desde arriba como durante toda la subida, son envidiables.

Día 6: Cap de Formentor

  • Faro de Formentor

Desde Alcudia, con la línea de autobús 334, salimos rumbo hacia el Cap de Formentor. Estas escarpadas carreteras bien habrían valido más de una parada para contemplar las vistas, pero en temporada alta, el acceso solo está permitido al transporte público en las horas centrales del día.

Las curvas de llegada al Faro
Subida al Faro de Formentor

Tras una hora y pico de trayecto, llegamos al Faro. Desde aquí no hay una mala perspectiva y merece la pena pasear la zona, alejándose por la carretera, para poder observar el faro y los escarpados perfiles con algo de distancia. Eso sí, ¡ojo con las cabras!

Cap de Formentor

El autobús cuenta con varias paradas entre las que se encuentran unas calas con acceso algo más largo a pie, la Playa de Formentor y un mirador. La elección es tuya, según el tiempo del que dispongas y el interés.

Fins aviat, Mallorca

Iglesia en Valldemossa

Hasta aquí llegan los Diarios de viaje por la isla mayor de las Baleares. Estas propuestas para descubrir los rincones de la isla y de su Serra de Tramuntana quedan aquí como álbum de recuerdos digital de estos años raros en que, a pesar de todo, pudimos descubrir rincones y sorprendernos con la belleza de lo cercano.

Fins aviat, Mallorca.

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