Nada más llegar a Berlín nuestro guía emitió un juicio contundente sobre esta ciudad: «Bienvenidas a Berlín, pero os informo de que habéis venido a visitar una ciudad fea».
Acogimos el comentario entre risas, esperando que de alguna forma se equivocara, no queríamos asumir que habíamos llegado a una ciudad sin gracia estética alguna. Cinco días después, en el avión de vuelta, nos dimos cuenta de que se equivocaba y tenía razón al mismo tiempo.
- La famosa East Side Gallery, arte en el Muro
Berlín no es una ciudad bonita para los estándares generales. No es Roma, y tampoco es París, pero tiene un elemento en sus calles que la hace totalmente única. Y es que es una ciudad con la historia pintada en sus paredes y edificios. Más allá de los numerosos memoriales que se encuentran esparcidos por toda su extensión, la gente ha decidido dejar su marca y su propia representación del momento que viven y de la historia de su ciudad, en diferentes zonas y barrios.
La cantidad de interpretaciones artísticas por toda la ciudad es tan vasta que obviamente no pueden destacarse todas. Sin embargo, aquí os dejo algunas de las que pude ver o sobre las que oí cosas interesantes.

También incluyo algún que otro apunte gastronómico y festivo, que nos permitió conocer Berlín desde el interior. Porque Berlín no es una ciudad para visitar, es una ciudad en la que sumergirte.

Así que aquí van mis puntos clave en esta ruta alternativa que os propongo. Esta ruta está basada en varios de los lugares que nos descubrió el Tour Alternativo de Sandemans en Berlín, pero también incluye sitios que eran cosecha propia de nuestro guía personal. Así que, sin más dilación, os doy la bienvenida al museo en las calles de Berlín, más allá de la East Side Gallery, con todas sus obras de arte callejero sobre los restos del Muro.
Tacheles, la casa okupa más pintoresca

Mucho se ha hablado de este icónico edificio, que fue una de las mayores galerías de arte alternativo tanto de la capital alemana como, probablemente, del mundo. En 2012 cerró sus puertas la Kunsthaus Tacheles, tras más de una década de okupacion por parte de colectivos de artistas que regeneraban y reinventaban el arte tanto dentro como fuera de sus paredes.
Lamentablemente en nuestra visita solo pudimos observar el exterior, pero nuestro guía nos relató la historia del que tuvo que ser el centro neurálgico de las rutas alternativas en la ciudad. Según contaba, el edificio, de entrada totalmente libre, estaba repleto de gente día sí, día también. Encontrabas gente pintando, esculpiendo, recitando poesía, desarrollando cualquier tipo de disciplina artística tanto en sus numerosas salas como en las escaleras o espacios comunes del edificio.

En resumen, la casa Tacheles era un hervidero de creatividad que, como no podía ser de otra forma, recibió visitas de altas personalidades artísticas. Entre estas figuras destaca el artista urbano Banksy, quien dejó una de sus obras más famosas en una de las paredes exteriores del edificio. Desgraciadamente, únicamente puede verse desde el patio interior, cerrado en la actualidad, pero eso no evita que todos la tengamos en mente.

Monsterkabinett, el callejón del arte urbano

En el momento en que se traspasa el arco de entrada a este callejón, nos transportamos al interior de la mente de un conjunto de artistas callejeros. Hasta donde alcanza la vista no hay pared que quede libre de variadas formas policromadas, con sellos de autores muy diferentes.

En la pared de la derecha (donde hay, por cierto, una cafetería con mucho encanto que probamos más tarde), vemos obras callejeras que se pisan, unas sobre otras, dejando unos pocos centímetros libres entre unas y otras. Entre ellas destacan las «chicas bailando» de SOBR. Este artista ha dejado su obra por toda la ciudad y os aseguro que no pasa desapercibida. Tiene un proyecto conocido como «It’s time to Dance» para el que, en noches de fiesta, sale y fotografía a chicas bailando. Esas imágenes las amplía, las imprime y las recorta, y posteriormente las pega por las paredes y muros de toda la ciudad. Es impresionante la cantidad de bailarinas inmortalizadas que puedes encontrar paseando por las calles berlinesas: al final encontrarlas puede convertirse incluso en un juego, así que anímate y ¡a bailar!

Volviendo al Monsterkabinett, en la parte derecha, las obras plasmadas en la pared están más definidas y claramente divididas. Esto se debe a que, cada cierto tiempo, se hace una renovación de los graffitis por parte de artistas más conocidos y de renombre. Aquí, como en todo, hay colores para todos los gustos, y es que, aunque no te gustara ninguna obra en particular, el conjunto te deja boquiabierto.

Finalmente, si se llega hasta el final del callejón, encontraremos varios locales y algún museo a visitar. Nosotras, en particular, decidimos quedarnos fuera, observando esa exposición alternativa y caduca, que nunca volveremos a contemplar de esa manera.
Kreuzberg, barrio auténtico y lienzo de artistas callejeros

Nuestra ruta por el barrio de Kreuzberg comenzó desde la parada de Kottbusser Tor. Este barrio, tradicionalmente llamado barrio turco, ha sido otro de los escenarios de colectivos enteros de artistas callejeros. Han hecho de las calles su lienzo y esto da al barrio un carácter muy especial.
Aunque existe una amplia variedad de artistas entre los que elegir, de lo que te das cuenta a nada que te pasees por el barrio, el más destacado puede que sea Victor Ash y su astronauta. Según contaban, este artista francés iba paseando por el barrio, cuando de repente vio que la bandera de un establecimiento era proyectada sobre una enorme pared gracias a un foco cercano. En ese momento ideó su obra. Cuando estuvo listo, de la noche al día, apareció un astronauta en esa pared que Ash había identificado. A primera vista puede no resultar destacable, pero el cálculo estratégico del artista la convierte en una de las obras más originales del barrio. Durante el día, el astronauta sostiene la mano abierta en el aire, pero al llegar la noche, se enciende el foco, y la sombra de la bandera del establecimiento cercano queda proyectada justo sobre la mano del cosmonauta. Ash llegó y conquistó, igual que lo hace por las noches su astronauta.

Desgraciadamente, según nos contaba nuestro guía, este barrio está sufriendo lo que muchos otros ya han pasado por toda Europa. Su renovado interés cultural y sus bajos precios llamaron la atención de alguna gente en un principio, aunque luego ese interés se ha multiplicado exponencialmente. Este fenómeno se denomina gentrificación y provoca una renovación de la población de los barrios, que no es necesariamente buena.
El carácter de un barrio como el de Kreuzberg, eminentemente turco, poblado de kebabs y establecimientos pequeños y familiares, empieza a verse diluido por la llegada de nuevos negocios y nuevos inquilinos. La parte buena es que aunque la gente se mueva, al menos el arte callejero de este barrio seguirá proporcionándole su color especial.
Mustafa Kebab y Curry 36, gastronomía local e intransferible

Antes de un viaje, siempre me gusta pedir consejo a amigos y conocidos que hayan visitado un lugar y puedan darme referencias de su gastronomía local. Normalmente, sigo esos consejos sin cuestionarlos, pero en el caso de Berlín, me hicieron dudar. La verdad es que no dejaba de sorprenderme que todo el mundo destacara, de entre todas las posibles opciones de comida típica, un kebab.
Sin embargo, cuando 3 personas distintas insistían en recomendarme el mismo kebab, no pude evitar que me picara la curiosidad de acercarme a probarlo. Fuimos en metro hasta la parada más cercana (U-Bhf Mehringdamm) y, cuál fue nuestra sorpresa al comprobar que ese famoso kebab, conocido como Mustafa’s, era un puesto callejero con una cola de más de media hora para pedir.
Con la curiosidad y el hambre en aumento, nos pusimos en la fila. Por suerte, también nos habían recomendado un local de currywurst que se encontraba en la misma acera, llamado Curry 36. Allí, para amenizar la espera, pedimos 2 currywurst con patatas, el aperitivo perfecto para lo que vendría después.

Tras engullir las deliciosas salchichas, pasaron aún 20 minutos más en los que íbamos acercándonos al puesto callejero y oliendo cada vez más de cerca el recomendado manjar. Cuando finalmente llegamos la verdad es que no sé ni qué pedimos. Los cocineros rellenaban los panes de pita con agilidad y despachaban clientes en menos de un minuto.
Pedimos, pagamos y pegamos el primer bocado. Y después de ese primer bocado ya me di cuenta de que había merecido la pena la espera. Sigo sin saber la enorme cantidad de cosas que habían incluido en ese kebab, pero ahora puedo decir con certeza que volvería y que lo recomendaría a cualquiera que pisara Berlín, porque realmente, es el mejor kebab que he comido nunca.
RAW, fiesta alternativa

Es impresionante el uso que se le puede llegar a dar a un hangar de trenes abandonado en una ciudad como Berlín. El RAW es otro de los muchos complejos culturales al aire libre de la capital alemana, pero tiene una peculiaridad. Y es que, hasta no hace demasiado, su acceso era secreto y exclusivo para aquellos que añadían color a sus paredes.
En la actualidad su acceso es totalmente libre a cualquier hora del día y de la noche. Nosotros lo visitamos bien entrada la noche, pero eso no parecía apagar los ánimos de sus visitantes. De los múltiples edificios salían diferentes tipos de música y voces. En algunos de ellos se podía entrar a comprar bebida, si es que no te la habías traído ya contigo. Porque esta es una de las cosas que también me sorprendió en Alemania: beber en la calle está totalmente permitido.
De esta manera, cerveza en mano y a la luz de las farolas, nos paseamos por el recinto, admirando graffitis y comprobando que, una vez más, el arte urbano había conquistado parte de la ciudad.
Pero aún nos quedaba una sorpresa reservada. A lo lejos podíamos ver una especie de cabina con una cola de varias personas esperando. Al acercarnos podíamos ver luces y humo que salían de dentro de la cabina, desde donde se oían gritos y canciones. Estábamos frente a una de las magníficas Teledisko, una cabina de teléfonos reciclada por el alemán Benjamin Uphues en mini discoteca al gusto.

El mecanismo es sencillo: en un panel que hay al lado de la cabina, escoges el modo que quieras (básico, con fotos o con vídeo) y pagas. Una vez has pagado, seleccionas la canción y entráis en la cabina los que queráis o, mejor dicho, podáis (nosotros fuimos 4 y ya costó cerrar la puerta…). Con la puerta cerrada, la música comienza y puedes empezar a añadir efectos en un panel que hay dentro. Luces, humo, bola de discoteca… todo al gusto del consumidor. La verdad es que, a pesar del reducido espacio, no puedo decir otra cosa que ¡que nos quiten lo bailao! 😛
Mauerpark, domingos de karaoke
Sobre esto, poco puedo añadir que no dijera ya cuando hablé de los domingos de karaoke en este parque berlinés. El mercadillo de antigüedades y nuevos diseñadores, los puestos de comida, los conciertos y teatros gratuitos, y las colinas verdes llenas de alemanes y foráneos al sol: todo eso hace a Mauerpark la opción perfecta para un domingo en la capital alemana.
Si tienes la suerte de pasar un fin de semana soleado en Berlín, este tiene que ser uno de los puntos clave de tu visita.
Klunkerkranich, de Berlín al cielo
¿Quién nos iba a decir que en el tejado de un centro comercial encontraríamos uno de los clubes de moda de la capital alemana? Atravesando el párking de la azotea del centro comercial Neukölln Arcaden, de repente nos encontramos una larga hilera de personas paradas frente al acceso a la planta superior. Ahí se encuentra uno de los bares más codiciados de la capital berlinesa, desde donde los atardeceres son, como poco, espectaculares.
Para cuando nosotros llegamos la cola era tan larga que se nos hizo imposible llegar hasta su terraza, pero desde la planta de aparcamientos inferior pudimos ver ese atardecer tan codiciado.
Y es que es verdad que Berlín no es una ciudad bonita en sí misma, pero cuando sumas todos sus encantos, se convierte en un lugar especial para todos y cada uno de los que lo hayamos pisado.
Muy buena entrada. Yo disfruté un poco de ese Berlín! 🙂
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Sí?? ¿Qué pudiste ver Pepa? 🙂 y muchísimas gracias jo!
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Recorrì bastante… Kreuzber y la zona de tacheles molan,callejear por todos lados… Buena entrada alternativa
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Muchas gracias Pepa!! Y lo que me quedó por ver jo! Hay que volver a Berlín y vivirla 🙂
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Me ha gustado mucho el post. Aumentan por momentos mis ganas de conocer Berlín 🙂 No será la ciudad más bonita del mundo, pero solo por su historia tiene que merecer la pena.
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Muchísimas gracias Alba! La verdad es que antes de irme de allí ya me estaban dando ganas de volver, así que imaginate! Ve en cuanto puedas porque la verdad es que merece mucho la pena 🙂
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Me a encantado la verdad!! Me ha parecido un articulo diferente, y que sin duda me da todavia mas ganas de que llegue mi viaje a berlin!!!
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Muchas gracias iratitiss!! 🙈 Espero que disfrutes de Berlín tanto como lo hice yo, es una ciudad única y diferente 😊
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En unos días viajo por segunda vez a Berlín y aunque en mi primer viaje visité algunos de los lugares que mencionas, no conocía muchos de ellos y me van a venir de perlas los que has compartido aquí 🙂
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Muchas gracias por tu comentario y espero de verdad que te sirvan de ayuda estas recomendaciones. Nosotras íbamos con un amigo que trabaja de guía allí, así que tuvimos suerte de conocer todos estos sitios a la primera! 🙂
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hola!! me parece super interesante. Yo viajo con unas amigas a final de mes, solo un finde. estamos cerca de Tacheles, pero dicen que está cerrada. Es cierto? Si tuvieras que elegir un sitio de todos los que mencionas en el post, cual sería?
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Sí, en principio Tacheles está cerrada desde 2012! Si solo pudiera elegir uno de los sitios creo que sería el Monsterkabinett, que en un solo callejón resume todo el arte callejero de Berlín. Aunque claro, si os hace buen tiempo, el domingo en Mauerpark puede ser muy guay 🙂
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